El psicoanálisis está orientado a buscar la raíz de tus dificultades, problemas o malestares. Con el acompañamiento del psicoanalista podrás trabajar aquellos aspectos de tu vida que no funcionan, que dificultan tu desarrollo vital o merman tu bienestar.

Se pueden tratar diversas afecciones, síntomas o problemáticas: ansiedad, depresión, insomnio, estrés, miedo, ataques de pánico, trastornos obsesivos, fobias, trastornos alimentarios, disfunciones sexuales, problemas de pareja, dificultades en la educación de los hijos, vergüenza, timidez, inhibiciones, inseguridad, celos, envidia, problemas de autoestima, rechazo de la imagen corporal.

Sin embargo, no es necesario tener un síntoma o un problema concreto para realizarlo, un proceso psicoanalítico —además de tener una vertiente terapéutica— es, también, una herramienta de autoconocimiento y de profundización en nosotros mismos. Ayuda a repensar nuestra historia de vida, a comprender nuestro recorrido, a conocer nuestras potencias y nuestras dificultades, muchas de ellas inconscientes para nosotros mismos; en última instancia, se orienta a saber más, a que conozcas más de ti.