CONTENIDO
«Número» RC: Rambla de Catalunya
El primer plano de Cerdà [18590607]
El segundo plano de Cerdà [1861]
Creación de la Rambla de Isabel 2.ª [RC] [18641028]
La Rambla de Isabel II pasa a denominarse Rambla de Cataluña [18690126]
La Rambla de Catalunya y el Nomenclátor de Barcelona
La Rambla de Catalunya es una calle sin número en la cuadrícula de Cerdà, pues, aunque substituye a las números 27 y 28, a ella no se le asignó ninguno. Nosotros le hemos puesto un pseudo-número (esto es, una especie de número que no es, en realidad, un número), la designación «RC» (por Rambla Catalunya), y la hemos situado, en su secuencia, entre las dos calles a las que substituye. Nos permitiremos remitir al lector a la ficha de la calle número 27 (Pelayo) para la comprensión cabal de ciertos antecedentes históricos, que en este lugar despacharemos de un modo relativamente rápido, para poder así centrarnos en aquello específico que corresponde a esta vía.
El plano original de Cerdà, aprobado el 7 de junio de 1859, preveía tres calles entre la calle número 26 (la actual Balmes) y la calle número 30 ( la actual Pau Claris). Las dos primeras, las calles número 27 (Pelayo, 1863-64) y 28 (Fontanella, 1863-64), eran calles regulares; pero la calle número 29, el paseo de Gràcia, ya existente, se inclinaba ligeramente hacia la derecha. Esa inclinacion, aun siendo suave, obligaba a crear manzanas irregulares entre 28-29 y entre 29-30; en particular, las manzanas entre 28-29 más cercanas a la Gran Via [N] hubiesen resultado inaceptablemente pequeñas. En la primera versión del proyecto de Cerdà, el problema se solucionó suprimiendo la calle número 28 entre Gran Vía [N] y Valéncia [K].
Esta primera versión del plano, con mucho la más conocida, tuvo una gran inercia, hasta el punto de que el 19 de diciembre de 1863 el Ayuntamiento, basándose en él, denominó «Pelayo» a la calle número 27, y «Fontanella» a la calle número 28, a pesar de que desde 1861 ya existía otro plano de Cerdà con una solución completamente diferente.
Nota: En este apartado, vamos a citar extensamente los índices cronológicos de los diarios de Cerdà (7, p. 640);[1] las citas sin referencia explícita, así como los datos concretos sin atribución, se referirán a esa página.
El 1 de junio de 1860 se publica el real decreto del 31 de mayo «dictando disposiciones para el ensanche de la ciudad de Barcelona». Cerdà escribe en su diario, el 7 de julio: «Vuelvo de Madrid a Barcelona con el decreto del 31 de mayo que autoriza la edificación en el ensanche».
Es la autorización definitiva, el momento de ponerse a trabajar. La actividad es frenética. Los días 16, 22 y 29 de Julio, «Se hicieron las observaciones astronómicas necesarias para la determinación de la meridiana verdadera». La avenida Meridiana, en efecto, sigue el trazado exacto de un meridiano geográfico hasta el momento en que se desvía, a la altura de la calle de Garcilaso, para evitar terminar chocando con Sant Andreu. Asegurarse de que se seguía el trazado de un meridiano «verdadero» requería de «observaciones astronómicas».
El día 31 de julio, «Se fijó la verdadera situación de la Catedral y con ella se determinó el sitio y la dirección de la calle T de la reforma». Este apunte del diario merece un comentario extenso. ¿Qué es, «la calle T de la reforma»? Es un detalle que podría pasar inadvertido: de la reforma, y no del ensanche. Veamos. El ensanche remite a lo que se proyecta construir fuera de las murallas y de la ciudad vieja; la reforma, en cambio, remite a modificaciones que se planifican en la ciudad vieja misma. Pero, si nos ajustamos a la ortodoxia, T es el nombre... de una calle del ensanche (concretamente, la que recibe los nombres actuales de Marquès de Campo Sagrado, Buenaventura Muñoz y Pallars), no de la reforma; mientras que la prolongación de T dentro del casco viejo daría origen a la avenida C, ella sí parte de la reforma. El modo en que se expresa Cerdà muestra que esta distinción no le interesaba mucho, puesto que identificaba la avenida C con la calle T.
Aclarado esto, ¿por qué estaría interesado Cerdà en conocer «la verdadera situación de la Catedral» y qué tiene que ver eso con «el sitio y la dirección de la calle T»? Bueno, porque la idea era que la avenida C (o la calle T, da lo mismo) pasase por delante de la Catedral. Aunque la avenida C no llegó a abrirse por completo (a diferencia de la avenida A, que es la actual Vía Layetana), sí se realizaron algunas partes, como las actuales avenidas de la Catedral y de Francesc Cambó. Si la calle T se hubiese situado demasiado arriba, esas avenidas, que siguen la alineación de la calle T, hubiesen terminado demasiado lejos de la Catedral; si se hubiese situado demasiado abajo... ¡hubiese colisionado con ella! (mal asunto), o hubiese pasado por debajo de ella (algo que tampoco hubiese quedado especialmente bien). O sea que saber exactamente por dónde tenía que pasar la calle T resultaba algo fundamental.
Del 1 al 5 de agosto: «Con sujeción al sitio y dirección de la calle T, predeterminados, se establecen las estacas de tanteo para fijar en definitiva la situación y rumbo de la Gran Vía [N]». Es interesante ver cómo Cerdà utilizaba la denominación popular, «Gran Vía», tres años antes de que la calle recibiese su primera denominación oficial. En cuanto a lo que dice la entrada del diario, hay que hacer un pequeño esfuerzo para comprender su significado. Recordemos que el 31 de julio se estableció «el sitio y dirección de la calle T». Fuera de la ciudad vieja, en general, sólo había campo: los militares prohibían cualquier construcción situada a una distancia inferior al tiro de cañón. ¿Cómo saber por dónde debería pasar la Gran Vía [N]? Conociendo las propiedades geométricas del ensanche, resulta sencillo contestar a esa pregunta: exactamente a 800 metros por encima de la calle T (entre N y T hay seis letras, es decir, seis manzanas, y cada tres manzanas son 400 metros).
Día 11: «Se fijan las casas de Vidal limitaneas con la calle de la reforma que es prolongación de la del nº 30 del ensanche». Aquí sí que se diferencia entre la avenida A y la calle número 30, pero no es esto lo importante. De lo que se trata es, una vez fijado el lugar de la Gran Vía [N], de determinar con igual precisión el lugar de la calle número 30, para poder plantar una estaca en la intersección exacta y decir: «esto es, exactamente, tal y tal», y después, a partir de ahí, construir todo lo demás.
El efecto, para el día 13, leemos: «Se determina sobre el terreno la intersección del eje de la Gran Vía [N] con el de la calle número 30, en cuyo punto se establece un mojón que sirve de origen o partida y referencia general de toda las líneas del trazado» (el énfasis es nuestro). ¡El origen! ¡Aquí lo tenemos!
Una vez determinado el origen, todo se precipita. El día 14 «se fijan estacas en todos los cruceros de la Gran Vía [N] con dirección al río Besós»; el día 18 se hace lo mismo «con dirección a Sans»; el día 20, «Se hace la nivelación desde el muelle de la Paz [donde está la aduana] hasta la Cruz Cubierta». ¡Se estaba construyendo el Paral·lel!
¿Qué nos interesa, de todo esto? Lo siguiente: que los lugares por los que iban a pasar las calles no habían sido determinados de antemano con absoluta precisión; en caso contrario, no se comprenderían las referencias a «la meridiana verdadera», la «verdadera situación de la Catedral», etcétera. Cerdà había presentado un proyecto aproximado, no completamente exacto; y sólo cuando este proyecto se aprobó se realizaron las mediciones exactas («verdaderas») para saber por dónde iban a pasar las calles.
Pero el Paseo de Gracia ya existía, pasaba por donde pasaba, se había decidido respetarlo y no se podía mover. Y las nuevas mediciones, como veremos, habían desplazado las calles aproximadamente treinta metros hacia la derecha. Esto quiere decir que las manzanas entre Paseo de Gracia [29] y la calle número 30 se hacían treinta metros más anchas; ya les vendría bien, pues, en el plano de 1859, las situadas más cerca de Gràcia se veían un poco estrechas. Pero lo que entra en un sitio tiene que salir de otro... Las manzanas entre 28 y 29, con treinta metros menos, ya no serían viables, ni siquiera entre K (València) y F (París).
Para complicar más las cosas, el apunte del 29 de septiembre nos informa de una «Exposición a S.M. pidiendo la supresión de la plaza del Paseo de Gracia [29], dando en compensación mayor latitud a ese paseo». «Latitud», aquí, quiere decir «anchura»: «Dimensión menor de las dos principales que tienen las cosas o figuras planas, en contraposición a la mayor o longitud» [rae]. Si el Paseo de Gracia [29] se hacía más ancho de lo que era, todavía se hacían menos viables las manzanas situadas a su izquierda.
Y después estaba la cuestión de la Riera d'en Malla. Pero esto lo estudiaremos luego.
Todos estas mejoras y modificaciones (la evaluación más fina de las coordenadas, que supuso mover la cuadrícula unos treinta metros a la derecha; la supresión de la plaza del Paseo de Gracia [29]; la ampliación de su «latitud»; etc.) llevaron a Cerdà a preparar, en 1861, un nuevo plano que las incorporase.
Vamos a reproducir, para después comentarla, la descripción que hace del plano el libro Teoría de la construcción de las ciudades. Cerdà y Barcelona, donde aparece publicado y comentado (7, p. 455; los añadidos entre corchetes son nuestros).
Se trata del plano definitivo del trazado del Ensanche que sufrirá sólo pequeñas modificaciones en su ejecución. Para ajustar la red viaria al trazado oblicuo del Paseo de Gracia [29] esta se ha desplazado con respecto al proyecto original unos 30 mts. en dirección NE, ha desaparecido una calle junto al Paseo de Gracia [29], la plaza sobre el mismo, y se han ensanchado la Rambla de Catalunya [RC] y el propio Paseo de Gracia [29], así como las manzanas comprendidas entre Balmes [26] y Vía Layetana [30, actualmente Pau Claris]. Ha desaparecido toda referencia edificatoria o de equipamientos, sólo se conservan los límites de las manzanas agrupadas destinadas a parques, y algún ensanchamiento puntual de calles. Recoge la reforma de la plaza, inicialmente prevista, del Paseo de Gracia [29], que fue aprobada el 18-7-1861.
Nos encontramos, pues, según esta descripción, con el «plano definitivo del trazado del Ensanche[,] que sufrirá sólo pequeñas modificaciones en su ejecución». Consideremos los detalles.
El 28 de octubre de 1864, poco más de diez meses después de haber dado nombre a las calles número 27 y 28 (y tres años después de que Cerdà haya elaborado su plano final del Ensanche), el ayuntamiento decide suprimirlas. En lugar de esas dos calles, aparecerá ahora una sola, una avenida, sin número asociado, de 30 metros de ancho y trazado también irregular, la rambla de Isabel 2ª [RC], actualmente conocida como rambla de Catalunya [RC].
[C]omo con la continuacion de la Rambla [RC] han debido unirse dos lineas de manzana formando una sola calle de lo que antes eran dos, se han suprimido los nombres de Pelayo (calle nº 27) y Fontanella (nº 28) los cuales podrian aplicarse a las vias que resultan abiertas entre la calle de Ronda y las derruidas murallas que no fueron rotuladas.
[...]
4º. Existiendo como se deja espuesto algunas calles sin nombre desde la de Ronda á las derruidas murallas, como igualmente todas aquellas del Distrito cuarto que están situadas á la parte izquierda de la Ciudad, las cuales, no pueden llevar los que están aprobados á causa de quedar cortadas dichas partes á la parte de poniente y no vienen algunas en linea recta, se podría aplicar a dos de ellas el que tenian á consecuencia de la prolongacion de la Rambla la cual puede denominarse asi añadiendo el sustantivo de Isabel 2ª. En recuerdo de haber existido la Puerta de ese nombre, titulandose las restantes del modo siguiente.
Ajuntament de Barcelona. Llibre d'Actes del Consell Plenari 1864. Anual [AMCB A134 46-1864, acta del 28 de octubre de 1864, f. 311, inserto: dictamen de la sección cuarta (pp. 812ss); los añadidos entre corchetes son nuestros].
La nueva rambla era «la prolongación de la Rambla» previamente existente o, para ser más fieles a la geografía y a la meteorología, la Rambla que atravesaba la ciudad vieja era la prolongación de la rambla ya existente, la Riera d'en Malla, que enlazaba con esta. Rambla: «Suelo por donde las aguas pluviales corren cuando son muy copiosas» [RAE]. La referencia cobra especial importancia si consideramos el momento en el que está fechada y su proximidad al 15 de septiembre de 1862, fecha de la inundación más importante de la historia de Barcelona, en la que perecieron cerca de mil personas.
Un examen detallado del siguiente plano nos permitirá reconstruir la compleja historia de la Riera d'en Malla y de sus desvíos y canalizaciones.
Resumiremos el contenido de la imagen incurriendo en un anacronismo, voluntario y a la vez muy útil, como si las calles actuales del Ensanche hubiesen existido siempre.
Resumiendo: hasta 1444, si llovía fuerte, crecía la avenida por las Ramblas. A partir de ese momento, se intentó canalizar la Riera: de 1444 a 1755, se la desvió hacia la izquierda, a la altura de la Gran Vía [N], y en dirección al baluarte de Tallers; de 1755 a 1778, se la desvió hacia la derecha, a la altura también de la Gran Vía [N]; y de 1778 hasta la fecha de la elaboración del plano, se la dejó bajar hasta la altura de la calle de Caspe [O], para después desviarla hacia la derecha.
La próxima imagen muestra la Riera d'en Malla pasando por delante de la iglesia de los Jesuitas de Caspe.
La Riera d'en Malla, siguiendo el magnífico post de Pere Cowley (9), recibía las aguas de las rieras de Cassoles y de Sant Gervasi, que se juntaban en la actual Gal·la Placidia. A partir de aquí, formando una X, se dividían otra vez las rieras, entre la Riera de Sant Miquel (la calle con ese nombre todavía existe) y la Riera d'en Malla. En la próxima figura, basada en el plano de Cerdà de 1861, hemos resaltado en color verde el trazado de la Riera d'en Malla desde la posición aproximada de la Gal·la Placidia hasta el principio del trazado previsto del nuevo cauce del Bogatell (la actual avenida del Bogatell), que no se construyó hasta más tarde (en 1870, si seguimos una vez más a Pere Cowley (8)).
En resumen: la supresión de las calles número 27 y 28 y su substitución por una sola calle, la Rambla de Isabel II [RC], respondía a una multitud de factores: dos calles completas no cabían, teniendo en cuenta la anchura inicialmente proyectada del Paseo de Gracia [29]; la cuestión se agravó cuando se decidió ampliar el Paseo y cuando la cuadrícula se desplazó treinta metros hacia la derecha. Y, además, por el lugar donde se querían hacer pasar dos calles que no cabían, pasaba ya una riera, la Riera d'en Malla. Era mejor «prolongar» las Ramblas hacia arriba y tener así una nueva Rambla.
El día 26 de enero de 1869, el ayuntamiento decide cambiar el nombre de la Rambla de Isabel II [RC] a Rambla de Cataluña [RC].
Visto un dictamen de la Comisión cuarta, proponiendo la modificacion de los nombres de varias calles, a saber, [...], la Rambla de Isabel Segunda, Rambla de Cataluña[.]
Ajuntament de Barcelona. Llibre d'Actes del Consell Plenari 1869. Anual. Tomo I, f. 56 (p. 297) [AHCB A134 51-1869].
Nom: | Catalunya, rambla de |
Descripció: | Antiga rambla que pren el nom de Catalunya, plaça per on travessava. Per la seva part baixa passava el torrent d'en Malla, antic torrent Ariga, documentat el 1089. |
Fonts documentals: | {*}. |
Data Aprovació: | 03/09/1929 |
Abans trad.: | Cataluña |
Noms anteriors: | Isabel II |
Districtes: | EIXAMPLE (02) |
Hay una discrepancia entre el Nomenclàtor en línea y el de 2010, en el campo de nombres anteriores: en el primero consta «Isabel II (abans de ser oberta)«, mientras que el paréntesis no aparece en la versión de 2010.
La fecha de aprobación debería ser, como hemos visto, 26/01/1869; en cuanto al campo de nombres anteriores, debería ser «Isabel II, 28/10/1864».
Determinados planos que se encuentran en este artículo pueden no aparecer en la siguiente lista mientras terminamos de completar algunas migraciones.
(1) | Ildefons Cerdà i Sunyer. [Plànol de l'Eixample amb el traçat definitiu de la xarxa viària] (1861) [AHCB 16750]. url: https://catalegarxiumunicipal.bcn.cat/ms-opac/permalink/1@590074 ↩ |
(1) | «Tranvías sobre la Riera de Malla». En: Rails i ferradures (08/10/2012). url: http://railsiferradures.blogspot.com/2012/10/tranvias-sobre-la-riera-de-malla.html |
(2) | Profesor Bacterio. «Els noms de l’Eixample I – El gènesi». En: Pladebarcelona (18/02/2015). url: http://pladebarcelona.cat/2015/02/18/els-noms-de-leixample-i/ |
(3) | Profesor Bacterio. «Els noms de l’Eixample II – Sant Martí i el cànon balaguerià». En: Pladebarcelona (23/02/2015). url: http://pladebarcelona.cat/2015/02/23/els-noms-de-leixample-ii/ |
(4) | Profesor Bacterio. «Els noms de l’Eixample III – Més pà que formatge». En: Pladebarcelona (26/02/2015). url: http://pladebarcelona.cat/2015/02/26/els-noms-de-leixample-iii/ |
(5) | Profesor Bacterio. «Els noms de l’Eixample IV – Repúbliques, Revolucions, Dictadures i molts tecnòcrates». En: Pladebarcelona (22/03/2015). url: http://pladebarcelona.cat/2015/03/22/els-noms-de-leixample-iv/ |
(6) | Miquel Barcelonauta. «Riera d'en Malla». En: Barcelofília. Inventari de la Barcelona desapareguda (13/05/2011). url: http://barcelofilia.blogspot.com/2011/05/riera-den-malla-gracia.html |
(7) | Ildefonso Cerdà. Teoría de la construcción de las ciudades. Cerdà y Barcelona. Madrid: Ministerio para las Administraciones Públicas y Ajuntament de Barcelona, 1991. |
(8) | Pere Cowley. «Els vuitanta centímetres de Wellington». En: Pladebarcelona (16/09/2014). url: http://pladebarcelona.cat/2014/09/17/els-vuitanta-centimetres-de-wellington/ |
(9) | Pere Cowley. «La Creu Trencada». En: Pladebarcelona (20/09/2014). url: http://pladebarcelona.cat/2014/09/20/la-creu-trencada/ |
El Ensanche de Cerdà, copyright © Josep Maria Blasco Comellas, 2021-2024. | CC-BY-NC-ND 4.0 | Comentarios a josep.maria.blasco@epbcn.com. |