Desde hace unas décadas la depresión es la reina del diagnóstico. La Organización Mundial de la Salud, ya en 2015, cifraba las personas aquejadas de esta dolencia en 350.000.000.

Los síntomas visibles con más frecuencia relacionados con la depresión suelen ser el insomnio, la tristeza, la falta de apetito y, sobre todo, una disminución general de la energía vital. Todo esto, y algunos otros indicadores, pueden ser tratados con medicación, pero muchas veces este abordaje no es suficiente.

Desde la perspectiva psicoanalítica, la depresión suele estar relacionada con una pérdida que puede llegar a cursar de forma inconsciente. Esta pérdida, en vez de desencadenar un duelo, produce reacciones como sentimientos de confusión, dificultad para llevar a cabo las tareas cotidianas más sencillas, falta de deseo y energía, que vemos tan presentes en una depresión. Desanudar las ataduras inconscientes, elaborarlas y liberarse paulatinamente de la carga que se arrastraba sin darse cuenta es parte del trabajo que hace posible una terapia psicoanalítica.